jueves, 7 de enero de 2016
THE MAD SOLDIER
I dropp’d here three weeks ago, yes -I know,
And it’s bitter cold at night, since the fight-
I could tell you if I chose -no one knows
Excep’ me and four or five, what ain’t alive
I can see them all asleep, three men deep,
And they’re nowhere near a fire -but our wire
Has ’em fast as fast can be. Can’t you see
When the flare goes up? Ssh! Boys; what’s that noise?
Do you know what these rats eat? Body-meat!
After you’ve been down a week, ‘an your cheek
Gets as pale as life, and night seems as white
As the day, only the rats and their brats
Seem more hungry when the day’s gone away-
An’ they look as big as bulls, an’ they pulls
Till you almost sort o’ shout -but the drought
What you hadn’t felt before makes you sore.
And at times you even think of a drink…
There’s a leg across my thighs - if my eyes
Weren’t too sore, I’d like to see who it be,
Wonder if I’d know the bloke if I woke? -
Woke? By damn, I’m not asleep -there’s a heap
Of us wond’ring why the hell we’re not well…
Leastways I am -since I came it’s the same
With the others -they don’t know what I do,
Or they wouldn’t gape and grin. -It’s a sin
To say that Hell is hot- ’cause it’s not:
Mind you, I know very well we’re in hell.
-In a twisted hump we lie -heaping high
Yes! an’ higher every day. -Oh, I say,
This chap’s heavy on my thighs- damn his eyes.
EL SOLDADO DEMENTE
Llegué aquí hace tres semanas, sí, -lo sé,
y hace un frío amargo por la noche, desde el combate-
os podría decir si así lo eligiera –nadie lo sabe,
salvo yo y cuatro o cinco- qué no está vivo.
Veo que todos duermen, tres profundamente,
y no están cerca de un fuego, sino bien sujetos
por nuestra alambrada. ¿No lo veis
cuando una bengala se eleva? ¡Ssh!, chicos; ¿qué es ese ruido?
¿Sabéis lo que comen estas ratas? ¡Carne humana!
Después de estar tumbado una semana, tus mejillas
se vuelven pálidas como la vida, y la noche parece tan blanca
como el día, sólo las ratas y sus secuaces
parecen más hambrientas cuando el sol se ha puesto
-y parecen tan grandes como toros, y tiran de ti
hasta que casi gritas- pero la sed
que no habías sentido antes te corroe.
Y de cuando en cuando hasta piensas en un trago…
Hay una pierna sobre mis muslos –si mis ojos
no me escocieran tanto, me gustaría saber quién es,
saber si reconocería al infeliz si despertara-
¿Despertar? Maldita sea, no estoy dormido –hay un puñado
de nosotros preguntando por qué no estamos bien…
Al menos yo lo estoy-, desde que vine pasa lo mismo
con los demás –no saben lo que yo hago,
o no mirarían boquiabiertos y haciendo muecas-. Es un pecado
decir que el infierno está caliente –pues no lo está:
pero, descuida, sé muy bien que estamos en él-.
En un retorcido montón yacemos, acumulándonos,
¡sí! cada día más alto. –Madre mía,
¡cómo pesa este tío sobre mis muslos!-: malditos sean sus ojos.
De Tengo una cita con la muerte. Borja Aguiló-Ben Clark eds. Ed. Linteo, Orense, 2011
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