"Yo soy yo y mis circunstancias", escribía Ortega.
Hay circunstancias que no dependen de mi yo completamente, sino de todos los yos, en parte. Cambiar esas circunstancias que abocan a la barbarie y la desgracia, será tarea de todos los yos, de todos los "mundos y universos interiores", o no será. Si continuase sin poder ser, los poquitos YOS especuladores, explotadores, desalmados, podrían seguir imponiendo sus reglas de muerte a la mayoría de los yos humildes, sobre los que recaen las consecuencias de crisis, guerras y miserias consustanciales a ciertos modelos de "progreso".
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