Llegados al desastre, quizá todos tengamos la oportunidad de reconocer nuestra irresponsabilidad. Lo haremos, probablemente, en proporción inversa al grado de la misma que hayamos mostrado. Es decir, habrá quienes no reconozcan nunca nada, pues pretenderán descargar toda la irresponsabilidad en la otra parte. Y en todas partes pagarán el pato los de siempre.
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