domingo, 28 de abril de 2019

Lo que la esperanza pide y lo que la necesidad reclama



De esta pesadilla que dura desde la noche de los tiempos, se han querido sacudir rebelándose. Mas rebelarse, tanto en la vida personal como en la histórica, puede ser aniquilarse, hundirse en forma irremediable para que la historia vuelva a comenzar en un punto más bajo aún de aquel en que se produjo la rebelión. Tal ha sido el riesgo corrido en estos años que están al pasar, en nuestra “Cultura de Occidente”. El único modo de que tal hundimiento no se produzca es hacer extensiva la conciencia histórica, al par que se abre cauce a una sociedad digna de esta conciencia y de la persona humana de donde brota. Es decir, traspasar un dintel jamás traspasado en la vida colectiva, disponerse de verdad a crear una sociedad humanizada y lograr que la historia no se comporte como una antigua deidad que exige inagotable sacrificio.
Por medio de la conciencia histórica se podrá ir logrando más lentamente lo que la esperanza pide y lo que la necesidad reclama.
Pues se trata de todo lo contrario de una “Revolución”, proceso instantáneo mediante el cual el hombre occidental ha soñado y querido librarse de la pesadilla histórica porque ha confundido el instante del despertar con la realización.



Persona y democracia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario