prójimo,
prójima
Préstamo (s. XIII) del latín proximus ‘el
más cercano, muy cercano’, superlativo de prope ‘cerca’.
El amor al prójimo, así, sin más, es loable y diría
natural en una especie como la nuestra. Pero la cuestión ya supera esos límites
desde hace demasiado tiempo. La "proximidad" podría considerarse respecto al parentesco, estatus social, creencias,
cultura, ideología, rasgos étnicos, nación, pueblo...
Desentenderse
de quienes no se consideran prójimos refleja nuestra catadura moral, pero
también nuestra estupidez.
¿Es necesario poner ejemplos históricos y actuales de las consecuencias del amor exclusivo al prójimo?
Desentendernos del otro es desentendernos de nosotros mismos. Tarde, casi siempre demasiado tarde, lo comprobamos.
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