Anteanoche lo acabé. Un placer. Muestra una pasión por la palabra, que
reconocemos, con la frescura de quien contagia su entusiasmo. Sanamente envidio
los descubrimientos que Irene comparte y cómo ha logrado hacerlo. Lo he recomendado
desde el principio. Felicito a la autora. Esta obra se merece el éxito que ha tenido. Sobran los argumentos. No es fácil conseguir el equilibrio entre el rigor formal, cierta
erudición especializada y la comunicación. Irene contagia su pasión porque
comunica afectivamente.
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