sábado, 30 de enero de 2021

El infinito en un junco

 



Anteanoche lo acabé. Un placer. Muestra una pasión por la palabra, que reconocemos, con la frescura de quien contagia su entusiasmo. Sanamente envidio los descubrimientos que Irene comparte y cómo ha logrado hacerlo. Lo he recomendado desde el principio. Felicito a la autora. Esta obra se merece el éxito que ha tenido. Sobran los argumentos. No es fácil conseguir el equilibrio entre el rigor formal, cierta erudición especializada y la comunicación. Irene contagia su pasión porque comunica afectivamente.





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