Hay una fe que nace de
la desesperación
y enraíza en el abatimiento.
Es una fe limpia como la rotura de
un vidrio,
aguda como el vuelo del vencejo.
Alimenta coraje, delimita los pasos.
La he visto a menudo en mi rostro.
Con ella he visitado
el fulgor del acíbar,
he abierto el corazón de la ceniza,
he puesto nombre a la desesperanza.
Donde la semilla fue árbol. Cuadernos de la Perra Gorda - Tertulia Mediona 15. Tarragona, 2011
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