Emocionado adiós:
Entrevista para El Cultural (fragmentos)
FRANCISCO JAVIER IRAZOKI | 13/05/2011 |
Desde que en 1960 ganó el Premio Nadal y el Premio de la Crítica con la novela Las ciegas hormigas, los lectores más exigentes esperaban nuevos libros de Ramiro Pinilla (Bilbao, 1923). Pero, decepcionado por la industria editorial de la época, durante décadas se mantuvo recluido en la provincia. Hasta que reapareció en el siglo XXI. Su novela Verdes valles, colinas rojas, dividida en tres partes y galardonada con el Premio Nacional de la Crítica y el Nacional de Narrativa en 2006, es sin duda una de las obras mayores de la literatura española. Esta frase sólo puede asustar a los militantes de la envidia y a quienes desconocen la imaginación poderosa del autor. Es imposible encontrar un fragmento decorativo o superfluo en las 2.200 páginas del conjunto. El talento de Ramiro Pinilla incluye la objetividad en los retratos políticos. Porque huye de los maniqueísmos como de los lugares comunes y supercherías.
- A menudo se habla de su identificación con la literatura de William Faulkner. Ha explicado que durante años, antes de empezar la tarea de escribir, necesitaba leer un pasaje de Faulkner y retener su música. ¿Cómo fue esa fascinación y cuándo se liberó de ella?
- Me fascinó lo que latía bajo aquel lenguaje casi críptico. Faulkner lo podía haber evitado, pues lo de abajo no necesitaba de tantas llaves. Era un gran cabroncete. Sin embargo, en un tiempo necesité de esa maldita música para escribir. Luego vino Gabriel García Márquez. Mi agradecimiento a ambos. Supongo que hoy camino solo.
- Me fascinó lo que latía bajo aquel lenguaje casi críptico. Faulkner lo podía haber evitado, pues lo de abajo no necesitaba de tantas llaves. Era un gran cabroncete. Sin embargo, en un tiempo necesité de esa maldita música para escribir. Luego vino Gabriel García Márquez. Mi agradecimiento a ambos. Supongo que hoy camino solo.
¿Cómo recuerda la llegada de los inmigrantes para trabajar en Altos Hornos de Vizcaya y otras industrias vascas? A su juicio, ¿qué trato se les dio?
- Malo. El nacionalismo los llamó, despectivamente, maketos. Sin embargo, sobre explotados mineros e industriales se levantó la riqueza vasca. Todavía son los grandes silenciados.
- Malo. El nacionalismo los llamó, despectivamente, maketos. Sin embargo, sobre explotados mineros e industriales se levantó la riqueza vasca. Todavía son los grandes silenciados.
http://www.elcultural.es/revista/letras/Ramiro-Pinilla/29180
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