"La capacidad de alienación era muy superior a la que podemos tener en estos momentos. En estos momentos ser alienado sería un pecado". Dice Montalbán.
Humildemente, Manolo, creo que te equivocabas. Las posibilidades de alienación estaban y están siempre presentes. La aquiescencia es una tendencia tan poderosa, frente al criterio propio, que no depende de la coyuntura o de los tsunamis ideológicos de cada época (y los que retornan de otras épocas), sino de factores individuales y sociales que no interesa desvelar. En política se llama oportunismo. En lo humano, gregarismo.
Ay, los intelectuales, los artistas, los doctores, los sabios..
ResponderEliminar¿Concebiremos un mundo en que cada ser humano utilice su propio cerebro?
Consultaré con mi almohada, para enamorarme de ella.