No mirarme en el mundo ni en ti. Desentrañar cuanto impide la elección, la duda. Demoler los prebostes que cercan la mirada. Retomar el aliento que los años recluyen. Tan solo para darte ese primer suspiro que nace de la nada a que ascendimos.
Ser para alentar a ser. Despojarse de los lastrres del ego. Volverse transparente para darse. Humildemente acompañar. Dejar que nos sorprendan más que sorprender. Desandar paradigmas y crecer con ellos, aprendiendo. Construir, no cansarse de construir la alegría. Intentarlo en la medida que nos lo propongamos y nos sea posible.