domingo, 7 de febrero de 2021

Teorías éticas y conducta práctica

 

En todas las épocas ha habido ganancias inmoderadas, no sujetas a norma alguna, cuantas veces se ha presentado la ocasión de realizarlas. Así como se permitían la guerra y la piratería, se admitía también el comercio libre, es decir, no sujeto a normas, en las relaciones con las razas extrañas, con los extranjeros; la “moral exterior” permitía en este campo lo que condenaba en la relación “entre hermanos”. (…) Muy a menudo, coexistían el desenfreno absoluto y consciente de la voluntad de lucrarse y la fiel sumisión a las normas tradicionales. Cuando la tradición se derrumbó y la libre concurrencia penetró con mayor o menor intensidad incluso en el interior de las organizaciones sociales, no se siguió de ordinario una afirmación y valoración ética de esta novedad, sino que más bien se la toleró prácticamente, considerándosela o como algo indiferente desde el punto de vista ético o como cosa reprobable, aun cuando inevitable, por desgracia, en la práctica. Tal era no sólo la actitud normal de las teorías éticas, sino también la conducta práctica del hombre medio de la época…

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