domingo, 3 de octubre de 2010

Y hasta el sagaz instinto de los animales les hace percibir
que no nos sentimos a gusto, ni seguros,
en este mundo interpretado. Tal vez nos queda un árbol
en la ladera, para que sea posible contemplarlo



RAINER MARÍA RILKE. Elegías de Duino. Poesía Hiperión, Madrid, 1999. Edición y traducción de Jenaro Talens.

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