Fotografía: José Ángel Hernández |
Lo que prepara a los hombres para el dominio totalitario en el mundo no totalitario es el hecho de que la soledad, antaño una experiencia liminal habitualmente sufrida en ciertas condiciones sociales marginales como la vejez, se ha convertido en una experiencia cotidiana.
Hannah Arendt, Los orígenes del totalitarismo (1951).
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