domingo, 18 de diciembre de 2011
Inicia la semilla
la ofrenda de su transformación
sin luz,
en silencio.
¿Qué pudo
la palabra
contra su erosión?
¿Qué pueden
sus cenizas
sino cegar?
Concedamos sus lunas
—restos de interrogantes—
al deshielo.
Cerca llega
una voz esquilmada.
Profundidad
de la nieve,
nuestros ojos.
Todo muro,
caligrafía
de sombras.
De Pavesas.
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