“una vía de conocimiento.
Eso es la poesía, y no una vía de comunicación.”
A.G.
¿En qué poesía hemos caído, Antonio, en qué versos,
en qué prosas poéticas nos perdemos?
¿Ya no podrá la lírica otras tardes
de ribera a ribera atravesar el Mediterráneo?
Sé que se va la luz monte arriba,
pero casi a oscuras y en silencio se escribe.
Hastiada ya el alma de tanta espera
ve que no hay rosas en el aire, sí espinas.
Y los cerezos olvidan dar flores en mi pueblo:
rápido envejece el verano
a la orilla del lento Jiloca.
¿Y qué habrá que escribir para que entiendan
los versificadores que no es eso, que no?
¿Cuándo la lírica moverá el mundo,
y los sonetos las hogueras
celebrarán?
La poesía se nos muere en las manos
y caen al trujal los versos desangrados.
Y en lugar de poemas encontramos
racimos ripios escritos en su raspa.
Tanto dolor para tan pocas lágrimas
en el Sur: fecundo en tradición poética.
Pero quizá y solo por una vez lloren
los otros poetas bellas lágrimas rotas.
(Jiloca: río que pasa por Burbáguena (Teruel), pueblo del autor: rico
en cerezas y viñedos)
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