Yo adoro todas las cosas
y mi corazón es un albergue abierto toda la noche.
Tengo por la vida un interés ávido
que busca comprenderla sintiéndola mucho.
Amo todo, vivifico todo, presto humanidad a todo,
a los hombres y a las piedras, a las almas y a las máquinas,
para aumentar con eso mi personalidad.
Pertenezco a todo para pertenecer cada vez más a mí mismo
y mi ambición era traer el universo a mi pecho
como un niño a quien el alma besa.
Yo amo todas las cosas, unas cosas más que las otras,
nunca ninguna más que otra, sino siempre más la que estoy
viendo
que las que vi o veré.
Nada para mí es tan bello como el movimiento y las
sensaciones.
La vida es una gran feria y todo son barracas y
saltimbanquis.
Pienso en esto, me enternezco pero no descanso nunca.
Dame lirios, lirios
y rosas también.
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