Un ser que protege su regazo de tiempos inclementes, estalla en la belleza que atesora para los ojos que no temen sus espinas.
Fotografía: José Ángel Hernández |
Un ser que protege su regazo de tiempos inclementes, estalla en la belleza que atesora para los ojos que no temen sus espinas.
Fotografía: José Ángel Hernández |
Buenas, carbonero. ¿Qué picoteas entre las berenjenas? ¿No te doy miedo? Me ayudas en el huerto, aunque tú no lo sepas, aunque tan solo sigas tu vida alegremente. Te haré un nido sencillo, para que te refugies ante las inclemencias y sigas con nosotros, si te parece bien. Herrerillos, petirrojos, vencejos, gorriones, tórtolas, torcaces, abubillas, urracas, murciélagos... No os molestaré mucho. Mis movimientos ya van siendo tranquilos.
Fotografía: José Ángel Hernández |
Encontrar a Paco Ibáñez a la salida de un espectáculo de danza.
Que me explique el nombre que recibe la televisión popularmente en Argentina: caja verde.
Pensar que los opios de los pueblos son variados.
Observar, años después, a un individuo blandiendo una motosierra en una campaña electoral.
No pellizcarme, consciente de que el surrealismo, el esperpento y lo kafkiano forman parte de nuestra realidad.
Recordar unos versos:
"Aquí me pongo a cantar,
al compás de la vigüela
que el hombre que lo desvela
una pena extraordinaria,
como la ave solitaria
con el cantar se consuela.
Mi gloria es vivir tan libre,
como pájaro en el cielo;
no hago nido en este suelo,
ande hay tanto que sufrir;
y naides me ha de seguir,
cuando yo remonto el vuelo
Yo no tengo en el amor
Quien me venga con querellas;
Como esas aves tan bellas
Que saltan de rama en rama
Yo hago en el trébol mi cama
Y me cubren las estrellas."
José Hernández, "Martín Fierro".
Fotografía: José Ángel Hernández |
Gracias, amigos,
sabéis que no me presento a premios. Que los editores ejerzan y se la jueguen. "Para mi libertad, la poesía, precisamente porque no se vende".
Que el tiempo que nos quede, sea para atender a la familia, a los amigos y a uno mismo. En mi caso esto significa, como bien sabéis, leer, escribir, componer y seguir buscando respuestas, consciente de que sólo encontraré nuevas preguntas.
Que el compromiso no se pierda en entelequias y confrontaciones vanas. Construir la alegría de un trozo de tierra regenerada. Desnudar la ética, ayudar con afecto y serenidad cuanto uno pueda, antes que el necesario clamor contra la sinrazón, la inequidad y el horror.
Gracias, amigos, sabéis que no me automargino, aunque el tiempo de que disponemos es limitado y hay que aprovecharlo, sin perderse en lo accesorio.
Si estoy acertando o errando una vez más, lo dirá el tiempo.
Esta mata de calabacín, cultivada con compost y humus de lombriz propio, con purines propios (cola de caballo, ortiga, yedra...), no tiene hongos ni plagas. Me confirma que otra agricultura es posible, que el cambio climático sería reversible si dejásemos a la Naturaleza en paz.
Es un ejemplo práctico. ¿Suficiente argumento?
No es cómodo (hay trabajo) . No es fácil (hay aprendizaje). El premio de la tierra, que siempre reconoce nuestras manos.
Un abrazo.
Fotografía: María José Valdivia |
Centro Cívico Salvador Allende. Calle Miguel Servet. Barrio de Las Fuentes, Zaragoza. Antiguo matadero. |
Fotografía: José Ángel Hernández |
Centro de Documentación del Agua y del Medio Ambiente. Paseo Echegaray y Caballero. Zaragoza.
Antiguo convento.
Una biblioteca con semillas autóctonas.
En el bar Don Policarpo.
Sólo añadiría un matiz, tomado de Delfos o del sentido común: nada en demasía, puesto que la comunicación también puede complicarse. Sobre todo en tiempos de polarizaciones interesadas.
Fotografía: José Ángel Hernández |
Compost y humus de lombriz.
Ceniza y tierra de diatomeas.
Agua de lluvia recogida a tiempo.
Tiempo. Trabajo. Observación. Estudio.
Prescindir de venenos. Autoabastecerse.
Un corte de mangas íntimo
a algunas multinacionales.
Alegría de una tierra que se regenera tras la peor sequía. Algarabía de pájaros que encuentran su alimento y su rincón.
Estas primeras hojas de una humilde acelga dicen muchas cosas.
No acaban con el hambre, no detienen a los bombarderos.
Pero dirán "te quiero" a quien conoce el idioma de la ofrenda.
Estas primeras hojas son la humilde respuesta que me doy.
No sé más, pero sé
que hay que empezar por uno mismo
para cultivar la esperanza.
La poesía es una forma de vida
que corroboran los versos.
Fotografía: José Ángel Hernández |
Cuando empezaba a escribir, pensaba de esa manera. Sigo creyendo que el vínculo entre vida y creación existe, para corroborar o para desmentir. De ahí su importancia.
La Pedagogía debiera circunscribirse a las necesidades del niño. Con todo y con eso, ¿cómo y quién las establece?
La poesía no acepta apellidos ni servidumbres. Quienes pretenden utilizarla, renuncian a su búsqueda.
Fotografía: José Ángel Hernández |
Les ofrecí cuanto tenía. Eligieron esta canción. Me la devolvieron, como el afecto, con su vitalidad, con su alegría. ¡Fui tan afortunado! Muchísimas gracias por todo. Hoy sé que no pude elegir mejor profesión. Su mirada, sus sonrisas, sus abrazos...
Todo cuanto aprendía se lo desmenuzaba, por si algún día pudiera servirles.
Ell@s me enseñaban y restituían la esperanza sin saberlo.
Comparto, para esos momentos difíciles, por si os sirve como a mí.