sábado, 21 de septiembre de 2024

Colaboración o barbarie



No me sirve la erudición en sí misma. La sabiduría sí llama mi atención, porque la percibo ligada al bien común. Lo admitamos o no, sin bien común no hay bien individual en esta realidad global; y viceversa: no puede haber bien común basado en la anulación del individuo. Por tanto, chata sabiduría nos brinda el egocentrismo rampante y las dinámicas de competición despiadada. 
Ignorancia, miedo y, en consecuencia, odio, son los agentes de la actual erosión, de una degradación ética evidente e insostenible. 
Saber lo que no lleva camino es fundamental, pero lo que necesitamos es afirmar para asirnos. Afirmar para asirnos no a evanescentes ideas o constructos simbólicos coyunturales e históricos, sino a lo concreto que podamos construir desde perspectivas conscientes. Estas perspectivas tendrán que asumir necesariamente la anomia de nuestro tiempo e intentar fundar sentido en base a lo que permanece como valor transcultural y/o universal.


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