Mientras se poda, se tritura para compostar, se hace la compra, la comida, se friegan los platos o se tiende la ropa de una lavadora, por poner algunos ejemplos de actividades cotidianas, podemos escuchar algo que estimule nuestras neuronas. Y este algo lo podemos elegir, gracias a las nuevas tecnologías. Creo que el potencial de éstas para el enriquecimiento personal está infrautilizado. En los últimos años me he formado en agricultura ecológica y agricultura regenerativa gracias a estas nuevas posibilidades. Cuando era niño tuve que comprarme un libro de acordes de guitarra para aprender a tocarla. Forzosamente fui autodidacta. Hoy, los niños pueden aprender con los tutoriales de múltiples profesores de guitarra en línea. Nunca será igual que un maestro te guíe pero, "a falta de pan...". Tampoco todos los niños disponen de internet y de una guitarra, no lo olvidemos. Sin embargo, me temo que los que sí tienen a su alcance múltiples dispositivos y saben cómo utilizarlos, lo que no se plantean es para qué. Nadie les indica que una herramienta tan potente nos ayuda si sabemos qué queremos hacer con ella, en vez de dejarnos llevar por las propuestas de los que las conciben para su lucro. Propuestas de evasión, de alienación y de negación del sujeto, con sus consecuencias adictivas y sus patologías correspondientes.
Ya que se nombra tanto la libertad, hasta desgastar su sentido, reparemos que se basa en la capacidad de elegir. No de elegir sólo entre objetos de consumo, sino de elegir con una finalidad. Para ello se requiere otra capacidad: la de reflexionar, como condición de posibilidad de ser libres, de crecer en autonomía y realización personal.
Así, respecto al desarrollo de esta capacidad, respecto al pensar, hay situaciones en que no podemos coger un libro para aprender. Sin equiparar esta experiencia inigualable, las conferencias impartidas por estudiosos y divulgadores como Diego Singer (Taller de filosofía, Filosofía a la gorra), como Carlos García Gual, etc., permiten escuchar propuestas muy interesantes en las que después, por nuestra cuenta, podemos profundizar.
En la terminología de Foucault, "la hermenéutica del sujeto" hoy es más fácil para la gente humilde. Se trata de tomar las riendas de nuestro tiempo.
Como indica Diego en esta grabación, están de moda los estoicos, o algunas interpretaciones (tipo receta fácil) que convienen a las dinámicas neoliberales. No se trata de sustituir la autoayuda más comercial y simple por formatos audibles. Se trata de nuestra libertad, de elegir qué queremos aprender y cómo queremos crecer.
Del "conócete a ti mismo" al "cámbiate a ti mismo".
Disculpad si me repito, pero me gusta compartir lo que aprendo, por si le sirve a alguien.
Algo concebido para todos difícilmente vendrá a ser para nadie.
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