viernes, 28 de junio de 2013

En los arrabales de la supuesta alta cultura




Muchos lectores de literatura francesa actual se entretienen barajando sus quejas. Ignoran la poesía y apuntan contra los tedios de la prosa. Sólo una minoría recuerda que en África viven aproximadamente cien millones de francófonos, y busca entre las obras escritas en aquellos países. Algunos autores contienen la perla del vigor narrativo. Un primer modelo: los lectores pronuncian con gratitud el nombre de Ahmadou Kourouma, marfileño de formación maliense y demócrata convertido en "tirador senegalés". Murió en 2003, después de largas peregrinaciones por otros países africanos. Su novela Alá no está obligado (Muchnik) ilumina el rostro oscuro de esas naciones: niños soldados, odios tribales, ablaciones. Pero sin dejar de transmitir una vibración humana que los horrores no disminuyen. Añado un segundo modelo: el tunecino Hubert Haddad, cuyos textos son publicados en España por Demipage. Con mezcla de orígenes judíos, bereberes y argelinos, Haddad es narrador, poeta, ensayista, dramaturgo. Llegó a París en la niñez. En sus más de cincuenta títulos aglutina los conocimientos europeos -fascinación por Julien Gracq, por ejemplo- y las huellas de los antepasados del Sur. Se entiende que haya recibido premios importantes (el Renaudot y el Cinco Continentes de la Francofonía) por su novela Palestina, donde fusiona la cuidada escritura y la serenidad política. Redacta las páginas como un esteta del sosiego. Todavía poco definidos, ahora vienen los herederos de Ahmadou Kourouma o Hubert Haddad. Ellos nos comunican dos avisos: que no somos propietarios de lo exquisito y que a menudo la excelencia artística se refugia en los arrabales de la supuesta alta cultura.



Publicado el 28/06/2013 en El Cultural

lunes, 17 de junio de 2013

Não sei quantas almas tenho



Não sei quantas almas tenho.
Cada momento mudei.
Continuamente me estranho.
Nunca me vi nem acabei.
De tanto ser, só tenho alma.
Quem tem alma não tem calma.
Quem vê é só o que vê,
Quem sente não é quem é,

Atento ao que sou e vejo,
Torno-me eles e não eu.
Cada meu sonho ou desejo
É do que nasce e não meu.
Sou minha própria paisagem;
Assisto à minha passagem,
Diverso, móbil e só,
Não sei sentir-me onde estou.

Por isso, alheio, vou lendo
Como páginas, meu ser.
O que sogue não prevendo,
O que passou a esquecer.
Noto à margem do que li
O que julguei que senti.
Releio e digo : "Fui eu?"
Deus sabe, porque o escreveu.



Novas Poesias Inéditas. 
Alberto Caeiro

Traducción: José Ángel Hernández

No sé cuántas almas tengo.
A cada instante cambié.
Continuamente me extraño.
Nunca me vi ni acabé.
De tanto ser, sólo alma.
Quien tiene alma no halla calma.
Quien ve es sólo lo que ve,
Quien siente no es quien es,

Atento a lo que soy y veo,
Me vuelvo ellos y no yo.
Cada sueño o deseo,
De lo que nace es, mío no.
Yo soy mi propio paisaje;
Asisto a mi pasaje,
Diverso, solo y móvil,
Sin sentirme donde estoy.

Así, ajeno, voy leyendo
Como páginas, mi ser.
Lo que sigue no previendo,
A olvidar cuanto ya fue.
Fuera de lo que leí
Lo que juzgué que sentí.
Releo y digo: "¿Fui yo?"
Dios sabe, pues lo escribió.







jueves, 6 de junio de 2013

Any Espriu







Anatema contra el covard que calla quan el mal governa i anteposa a la consciència l'escalfor del seu ventre





Anatema contra el savi insensible al sofriment del dèbil, que es tanca a la torre de vori d’una serenor cruel



 
foto: elpuntavui.cat

lunes, 3 de junio de 2013

Dos poemas infantiles








Hay un agujero en mi barrio
una canica en el agujero
un mundo en la canica
un barrio en el mundo, mi barrio,
un agujero en el barrio
una canica en el agujero
un mundo en la canica, mi canica.







Durante todo el día
canta un pajarito
en el corazón de mi madre.