jueves, 22 de agosto de 2013

La lluvia y el pensar



El hecho de que atribuyamos la lluvia sólo a causas meteorológicas, mientras los salvajes creen que dioses o fantasmas o la magia pueden influirla, no es ninguna evidencia de que nuestros cerebros funcionen de manera diferente a los suyos. No muestra que nosotros "pensemos más lógicamente" que los salvajes, al menos no si esta expresión sugiere alguna clase de superioridad física hereditaria. No es ninguna señal de inteligencia superior de mi parte el que yo atribuya la lluvia a causas físicas. No llegué a esta conclusión yo mismo, por observación e inferencia propia; y tengo, de hecho, poco conocimiento del proceso meteorológico que da lugar a la lluvia; simplemente acepto lo que todo mundo en mi sociedad acepta, es decir, que llueve por causas naturales. Esta idea particular formaba parte de mi cultura mucho antes de que yo naciera, y se requería sólo un poco más de mi cuenta, además de la suficiente habilidad lingüística para aprenderlo. De manera similar, no es dable considerar a un salvaje como de inteligencia inferior si cree que bajo condiciones naturales y rituales favorables la lluvia puede ser influida por el uso de la magia apropiada. Él no fundamentó esta creencia a partir de observaciones e inferencias propias, sino que las adoptó de la misma manera que adoptó el resto de su herencia cultural. es decir, por haber nacido en ella. Él y yo, ambos, pensamos en patrones de pensamiento estipulados por las sociedades en las que vivimos. Sería absurdo decir que el salvaje piensa místicamente y que nosotros pensamos científicamente acerca de la lluvia. Ambos casos entrañan procesos mentales parecidos y, además, el contenido del pensamiento se deriva de forma similar. Pero podemos decir que el contenido social de nuestra idea de la lluvia es científico, que concuerda con hechos objetivos, mientras que el contenido social de la idea salvaje de la lluvia es acientífico, ya que no concuerda con la realidad, y puede ser también místico, ya que asume la existencia de fuerzas supra-sensibles.

E.E. Evans-Pritchard. "Lévy-BruhI's Theory of Primitive Mentality", Bulletln of the Faculty of Arts. Universidad de Egipto, 1934.


sábado, 10 de agosto de 2013

Todo mucho más claro


Para esto hemos quedado. Los que puedan pagárselo aprenderán idiomas sin acento y obtendrán títulos en universidades y escuelas de negocios que les aseguren su posición de privilegio. Los que tengan talento pero carezcan de medios deberán aguantarse o irse. Gracias a la desprotección de los pocos tramos de costa todavía no arrasados más pronto o más temprano volverá a haber algunos empleos en la construcción, y, al menos mientras no acaben las convulsiones en los países musulmanes del Mediterráneo, seguirá habiendo trabajo temporal y no cualificado en la hostelería turística. Una nueva economía del conocimiento empezará a florecer pronto en las afueras de Alcorcón, en un ámbito laboral libre de molestias sindicales y hasta de leyes contra el tabaco: albañiles, camareros, croupieres, animadoras y guardas de seguridad de clubes de alterne, porteros de discoteca.
La verdad es que a ninguno de ellos le hará falta haber estudiado ética, ni historia de la filosofía. Ni literatura, ni física, ni geografía, ni ortografía…


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