miércoles, 18 de diciembre de 2019

LAS ADUANAS


                                    


     Éramos menos tristes en un lugar sin belleza.
     A escasos veinte kilómetros de Lesaka, el desorden de una pequeña ciudad nos liberó de nuestros barrancos verdes. Abandonábamos la altanería entre los robles y nos dirigíamos a un paisaje de transportistas y aduaneros. En Irún, cualquier descampado con suelo de ladrillos rotos era un aula de placeres. Allí sonaba una música que no era para la fe, sino para los cuerpos. Buscábamos el mal flamenco como si fuese una perla oculta de Mozart.
     Recuerdo sus callejas con olor de especias. Atraídos por los aromas de la gastronomía del Sur, llegábamos a unas casas con rajaduras. Nos recibieron hombres que nos enseñaron descreimiento y desde sus ventanas contemplamos unas ruinas rojas. Después de hablar con los inmigrantes, nos prohibíamos la queja porque habíamos aprendido que con ellos viajaba un dolor nómada. Nos recostábamos en sus viejos muebles de la desobediencia.
     Los jóvenes de Irún nos invitaron a compartir sus cabañas musicales. En ellas fuimos expresando unas derrotas prematuras. Las tardes se consumían mientras no reconocíamos más reloj que una aguja en los surcos de los discos. Los compases de las canciones de Pink Floyd fueron puertas batientes y la guitarra de Jimi Hendrix prendía fuego a los iconos del blues. Una amiga pidió que escuchásemos los sonidos del saxo de un dios mendigo: Charlie Parker. En un local iluminado con las linternas de la adolescencia, vimos por fin un baile que no podíamos predecir. Los braceos y el zapateado nacían de la penuria, el desarraigo, la humillación errante. Dos mujeres me dijeron el nombre de Sabicas y Carmen Amaya. Como nuevos trashumantes, varias sombras se encaminaban a unos clubes cercanos. A escondidas, los campesinos descargaban su orgullo en los prostíbulos.
     Las cunetas, el cieno, los ramajes secos de Irún contenían el espejo de la diversidad que buscábamos.


Francisco Javier Irazoki (“El contador de gotas”, Hiperión)

QUERER





amé esas rodillas que fregaban
a cada una de las arrugas
al vientre
a esas piernas de pajarillo

amé a todas esas mujeres
a ellas
que me acariciaron sin tocarme
con sus manos nudosas
como árboles tercos





De Dije luz, Colección Rayo azul poesía, Huerga y Fierro, Madrid, 2019



jueves, 12 de diciembre de 2019

Meros hombres de hechos




“La exclusividad con la que en la segunda mitad del siglo XIX se dejó determinar la visión entera del mundo del hombre moderno por las ciencias positivas y se dejó deslumbrar por la prosperidad hecha posible por ellas, significó paralelamente un desvío indiferente respecto de las cuestiones realmente decisivas para una humanidad auténtica. Meras ciencias de hechos hacen meros hombres de hechos. El viraje en la estima y valoración pública resultó inevitable después de la guerra, y en la generación más joven se produjo, como es sabido, un sentimiento claramente hostil. En nuestra indigencia vital –oímos decir- nada tiene esta ciencia que decirnos. Las cuestiones que excluye por principio son precisamente las más candentes para unos seres sometidos, en esta época desventurada, a mutaciones decisivas: las cuestiones relativas al sentido o sinsentido de esta entera existencia humana. En su universalidad y necesidad para todos los hombres, ¿no requieren acaso reflexiones generales y respuestas racionalmente fundamentadas? Son cuestiones que afectan, en definitiva, al hombre en cuanto ser que en su conducta respecto del entorno humano y extrahumano decide libremente, en cuanto ser que es libre en sus posibilidades de configurarse a sí mismo en forma racional y de conformar no menos racionalmente su entorno. ¿Qué tiene la ciencia que decirnos sobre la razón y la sinrazón, qué sobre nosotros, los seres humanos, en cuanto sujetos de esta libertad?”



Edmund Husserl. La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental. Ed. Crítica, Barcelona, 1991

sábado, 7 de diciembre de 2019

Como un niño




Como un niño
prendado
que descubre
partículas
de insólitos colores
sin las cuales
el aire
no sostiene
y en adelante
evitará su tacto,
pidiera
comprensión
si no hay susurro
en el pasar
de página,
si desoyera
por entre las palabras
vuestros pasos.
Disculpad
si aún emprendo
sin armas
ni bagaje
otras miradas
—el único paisaje
de luz
no detenida.
Inerme,
en el aire,

la semilla acaba.



De Pavesas y Lar.

Los Jarales






Los Jarales,
Arroyo del Pinar,
Teso del Sierro,
Valdecebrián…

No requiero
otra cobertura
que un par de desahuciadas
alpargatas de esparto,
ni otra red
que tus ojos.




De Pavesas y Lar.



domingo, 27 de octubre de 2019

En las afueras




Aquí, en las afueras, acurrucados sobre lo que amamos, generamos, pero también esperamos. No un paraíso perdido, ni una verdad impersonal –que dejaría de ser verdad-, sino algún tipo de ternura, de calidez, de abrazo.

sábado, 19 de octubre de 2019

Sobre la argumentación





  Nuestras consideraciones pueden resumirse diciendo que la racionalidad puede entenderse como una disposición de los sujetos capaces de lenguaje y de acción. Se manifiesta en formas de comportamiento para las que existen en cada caso buenas razones. Esto significa que las emisiones o manifestaciones racionales son accesibles a un enjuiciamiento objetivo. Lo cual es válido para todas las manifestaciones simbólicas que, a lo menos implícitamente, vayan vinculadas a pretensiones de validez (o a pretensiones que guarden una relación interna con una pretensión de validez susceptible de crítica). Todo examen explícito de pretensiones de validez controvertidas requiere una forma más exigente de comunicación, que satisfaga los presupuestos propios de la argumentación.
   Las argumentaciones hacen posible un comportamiento que puede considerarse racional en un sentido especial, a saber: el aprender de los errores una vez que se los ha identificado. Mientras que la susceptibilidad de crítica y de fundamentación de las manifestaciones se limita a remitir a la posibilidad de la argumentación, los procesos de aprendizaje por los que adquirimos conocimientos teóricos y visión moral, ampliamos y renovamos nuestro lenguaje evaluativo y superamos autoengaños y dificultades de comprensión, precisan de la argumentación.





Racionalidad




Cualquiera que participe en una argumentación demuestra su racionalidad o su falta de ella por la forma en que actúa y responde a las razones que se le ofrecen en pro o en contra de lo que está en litigio. Si se muestra abierto a los argumentos, o bien reconocerá la fuerza de esas razones, o tratará de replicarlas, y en ambos casos se está enfrentando a ellas de forma racional. Pero si se muestra sordo a los argumentos, o ignorará las razones en contra, o las replicará con aserciones dogmáticas. Y ni en uno ni en otro caso estará enfrentándose racionalmente a las cuestiones.



An Introduction to Reasoning, Nueva York,1979


jueves, 17 de octubre de 2019

Lo esencialmente confuso, intrincado, es la realidad vital concreta, que es siempre única.






En las revoluciones intenta la abstracción sublevarse contra lo concreto: por eso es consustancial a las revoluciones el fracaso.







La primera condición para un mejoramiento de la situación presente es hacerse bien cargo de su enorme dificultad. Sólo esto nos llevará a atacar el mal en los estratos hondos donde verdaderamente se origina. Es, en efecto, muy difícil salvar una civilización cuando le ha llegado la hora de caer bajo el poder de los demagogos.







¡Trámites, normas, cortesía, usos intermediarios, justicia, razón! ¿De qué vino inventar todo esto, crear tanta complicación? Todo ello se resume en la palabra “civilización”, que al través de la idea de civis, el ciudadano, descubre su propio origen. Se trata con todo ello de hacer posible la ciudad, la comunidad, la convivencia. Por eso, si miramos por dentro cada uno de esos trebejos de la civilización que acabo de enumerar, hallaremos una misma entraña en todos. Todos, en efecto, suponen el deseo radical y progresivo de contar cada persona con las demás. Civilización es, antes que nada, voluntad de convivencia. Se es incivil y bárbaro en la medida en que no se cuente con los demás. La barbarie es tendencia a la disociación.







Los oiréis hablar en fórmulas taxativas sobre sí mismos y sobre su contorno, lo cual indicaría que poseen ideas sobre todo ello. Pero si analizáis someramente esas ideas, notaréis que no reflejan mucho ni poco la realidad a que parecen referirse, y si ahondáis más en el análisis hallaréis que ni siquiera pretenden ajustarse a tal realidad. Todo lo contrario: el individuo trata con ellas de interceptar su propia visión de lo real, de su vida misma. Porque la vida es por lo pronto un caos donde uno está perdido. El hombre lo sospecha; pero le aterra encontrarse cara a cara con esa terrible realidad, y procura ocultarla con un telón fantasmagórico donde todo está muy claro. (…) Como esto es la pura verdad –a saber, que vivir es sentirse perdido-, el que lo acepta ya ha empezado a encontrarse, ya ha comenzado a descubrir su auténtica realidad, ya está en lo firme. Instintivamente, lo mismo que el náufrago, buscará algo a que agarrarse, y esa mirada trágica, perentoria, absolutamente veraz porque se trata de salvarse, le hará ordenar el caos de su vida. Estas son las únicas ideas verdaderas: las ideas de los náufragos. Lo demás es retórica, postura, íntima farsa. El que no se siente de verdad perdido se pierde inexorablemente; es decir, no se encuentra jamás, no topa nunca con la propia realidad.






lunes, 23 de septiembre de 2019

La verdad




La verdad no siempre es tan bonita como los sueños, pero tiene a su favor que es verdadera: en el terreno del pensamiento no hay nada más moral que la verdad; y cuando no se tiene ciencia cierta, no hay nada más moral que la duda. La duda es la dignidad del pensamiento.



viernes, 17 de mayo de 2019

Queda tu sombra

"La poesía tiene un valor añadido, que es la verdad que desprende tanto para el poeta como para el lector. Sólo de esta manera tiene sentido y alma. Si un poema no te transporta y no te quema a preguntas, sencillamente no vale."


https://tarragonadigital.com/cultura/entrevista-enrique-villagrasa-poesia-2019


sábado, 4 de mayo de 2019

Conocimiento sin orgullo




Conocimiento sin orgullo significa conocimiento que percibe tanto su potencia como lo que le sobrepasa; conocimiento que no convierte su autonomía en un absoluto, sino que la vincula a una heteronomía radical que la funda.





Los gestos de la generosidad conectan secretamente con los actos más excepcionales. Son estos actos, y no las ideas abstractas, los que lucen como faros de esperanza en momentos y épocas de oscuridad.



lunes, 29 de abril de 2019

El origen de la filosofía



El origen de la filosofía es percatarse de la propia debilidad e impotencia.




La primera misión del filósofo es despojarse de todo engreimiento. Pues es imposible que un hombre aprenda lo que cree que sabe.



domingo, 28 de abril de 2019

Lo que la esperanza pide y lo que la necesidad reclama



De esta pesadilla que dura desde la noche de los tiempos, se han querido sacudir rebelándose. Mas rebelarse, tanto en la vida personal como en la histórica, puede ser aniquilarse, hundirse en forma irremediable para que la historia vuelva a comenzar en un punto más bajo aún de aquel en que se produjo la rebelión. Tal ha sido el riesgo corrido en estos años que están al pasar, en nuestra “Cultura de Occidente”. El único modo de que tal hundimiento no se produzca es hacer extensiva la conciencia histórica, al par que se abre cauce a una sociedad digna de esta conciencia y de la persona humana de donde brota. Es decir, traspasar un dintel jamás traspasado en la vida colectiva, disponerse de verdad a crear una sociedad humanizada y lograr que la historia no se comporte como una antigua deidad que exige inagotable sacrificio.
Por medio de la conciencia histórica se podrá ir logrando más lentamente lo que la esperanza pide y lo que la necesidad reclama.
Pues se trata de todo lo contrario de una “Revolución”, proceso instantáneo mediante el cual el hombre occidental ha soñado y querido librarse de la pesadilla histórica porque ha confundido el instante del despertar con la realización.



Persona y democracia.

sábado, 9 de marzo de 2019

Edad





Para quienes no tienen ningún recurso interior con el que vivir bien y felizmente, cualquier edad es pesada.





Técnica, ciencia, cultura...




La técnica es consustancialmente ciencia y la ciencia no existe si no interesa en su pureza y por ella misma y no puede interesar si las gentes no continúan entusiasmadas con los principios generales de la cultura. Si se embota ese fervor –como parece ocurrir-, la técnica sólo puede pervivir un rato, el que le dure la inercia del impulso cultural que la creó. Se vive con la técnica, pero no de la técnica. Esta no se nutre ni respira a sí misma, no es causa sui, sino precipitado útil, práctico, de preocupaciones superfluas, imprácticas.



lunes, 4 de marzo de 2019

In memoriam









Su caminar
desaprendiendo
y su jadeo me hablan
de combates titánicos
sin literatura,
de heroicidades
minuto a minuto,
de un temperamento con fisuras
sólo para los suyos.

Sentirse desvalido,
tan frágil
frente a su fortaleza
de pasos indecisos.

¿De qué están hechos
vuestros sueños?
¿Qué aliento
os ha forjado?







domingo, 20 de enero de 2019

Las metáforas




Las metáforas son el aroma que desprenden las cosas cuando entablan amistad.

El aroma del tiempo, Ed. Herder, Barcelona, 20015