Mostrando entradas con la etiqueta Emilio Lledó. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Emilio Lledó. Mostrar todas las entradas

domingo, 26 de abril de 2020

El primer estadio de la ética griega




El primer estadio de la ética griega se desarrolló en un lenguaje que expresa los inequívocos rasgos de la sociedad aristocrática. Para que surgiese la argumentación, se necesitaría una nueva forma de sociedad en la que el lógos analizase, dialogase y fundamentase, y en la que la pretendida igualdad democrática no permitiese ya que nadie se alzase con la preeminencia del discurso ideológico.



miércoles, 8 de abril de 2020

La memoria y la esperanza



La forma suprema de felicidad y, por consiguiente, de bien es la que permite edificar, sobre el tiempo de cada instante, una cierta tendencia a sobrepasar su efímera constitución, y engarzar la problemática plenitud de los días en la firme congruencia que amalgama el presente hacia el futuro, y sintetiza el “ahora” en la memoria y en la esperanza.




sábado, 30 de junio de 2018

Sobre la educación



Las bases de la educación se asientan sobre el cultivo del pensamiento abstracto, fuente suprema de creatividad. La más fecunda y rigurosa manifestación de ese pensamiento es el lenguaje que lo encarna y las palabras que lo alimentan.



Sobre la educación. La necesidad de la Literatura y la vigencia de la Filosofía.
Ed. Taurus, Barcelona, 2018


sábado, 9 de julio de 2016

El lógos de la responsabilidad






Pero en este espacio en el que cada lógos se encuentra, puede tener lugar también la preeminencia de algunos. Para alimentar esta preeminencia se necesita un poder que aniquile el espacio que, como tal lógos, debe ocupar el otro, o bien le impida desarrollarse. Si el lógos, la racionalidad, es una empresa individual, bastaría con impedir su evolución para que el tiempo que la phýsis necesita para crear su lógos se convierta en un tiempo muerto, en una degeneración. Lo más grave es que el lógos pierde, así, su carácter de intermediario, de método para vivir, de compañía en las decisiones, de juicio y crítica, de evolución y superación. Una prâxis sin lógos, sin principio rector, es imposible. Su imposibilidad se manifiesta en una especie de ceguera, en la que el principio del egoísmo hace regresar al hombre al principio siempre amenazante, porque nunca insuperable, de su animalidad.




EMILIO LLEDÓ. Memoria de la Ética. Ed. Taurus, Barcelona, 2015