lunes, 26 de diciembre de 2016

Equidad






En efecto, la experiencia histórica muestra que no hay regla inmutable para clasificar, en un orden universalmente convincente, reivindicaciones tan estimables como las de la seguridad, la libertad, la legalidad, la solidaridad, etc. Sólo el debate público, cuyo resultado sigue siendo aleatorio, puede alumbrar un cierto orden de prioridades. Pero este orden no valdrá más que para un pueblo, durante un cierto período de su historia, sin comportar jamás una convicción irrefutable, válida para todos los hombres y todos los tiempos. El debate público es aquí el equivalente, en el plano de las instituciones, a lo que hace un momento denominé célula de consejo para los asuntos privados e íntimos. El juicio político es, aquí también, del orden del juicio en situación. Con mayor o menor fortuna, puede ser la sede de la sabiduría, de ese «buen consejo» que evoca el coro de Antígona. Esta sabiduría práctica no es tanto un asunto personal, cuanto, si se me permite la expresión, una phrónesis de varios, pública, como el debate mismo. Es aquí donde la equidad se muestra superior a la justicia abstracta. Hablando de lo equitativo (épiéikés) y de su superioridad con respecto a lo justo, Aristóteles observa: «La razón estriba en que la ley es siempre algo general y hay casos específicos en los que no es posible aplicar con certeza un enunciado general». Y Aristóteles concluye: «Tal es la naturaleza de lo equitativo: ser un correctivo de la ley, allí donde la ley deja de estatuir por su generalidad» (Ética a Nicómaco V, 10, 1137bl5-27). La equidad se revela así como otro nombre del sentido de la justicia, cuando éste traspasa los conflictos al aplicar la regla de justicia. 


Ética y moral. En Ética.  Doce textos fundamentales del siglo XX, Alianza Editorial, Madrid, 2002



viernes, 23 de diciembre de 2016

Introducción a las fábulas para animales






Durante muchos siglos
la costumbre fue ésta:
aleccionar al hombre con historias
a cargo de animales de voz docta,
de solemne ademán o astutas tretas,
tercos en la maldad y en la codicia
o necios como el ser al que glosaban.
La humanidad les debe
parte de su virtud y su sapiencia
a asnos y leones, ratas, cuervos,
zorros, osos, cigarras y otros bichos
que sirvieron de ejemplo y moraleja,
de estímulo también y de escarmiento
en las ajenas testas animales,
al imaginativo y sutil griego,
al severo romano, al refinado
europeo,
al hombre occidental, sin ir más lejos.
Hoy quiero —y perdonad la petulancia—
compensar tantos bienes recibidos
del gremio irracional
describiendo algún hecho sintomático,
algún matiz de la conducta humana
que acaso pueda ser educativo
para las aves y para los peces,
para los celentéreos y mamíferos,
dirigido lo mismo a las amebas
más simples
como a cualquier especie vertebrada.
Ya nuestra sociedad está madura,
ya el hombre dejá atrás la adolescencia
y en su vejez occidental bien puede
servir de ejemplo al perro
para que el perro sea
más perro,
y el zorro más traidor,
y el león más feroz y sanguinario,
y el asno como dicen que es el asno,
y el buey más inhibido y menos toro.
A toda bestia que pretenda
perfeccionarse como tal
—ya sea
con fines belicistas o pacíficos,
con miras financieras o teológicas,
o por amor al arte simplemente—
no cesaré de darle este consejo:
que observe al homo sapiens, y que aprenda.



Grado elemental, Editions Ruedo Ibérico, París, 1962.

domingo, 18 de diciembre de 2016

CONSTATACIÓN








La supuesta ausencia de intervencionismo se va revelando como  el intervencionismo más aciago y brutal.




viernes, 11 de noviembre de 2016

Romance del prisionero





El origen de una voz








Epitafio



Un pájaro vivía en mí.
Una flor viajaba en mi sangre.
Mi corazón era un violín.

Quise o no quise. Pero a veces
me quisieron. También a mí
me alegraban: la primavera,
las manos juntas, lo feliz.

¡Digo que el hombre debe serlo!

(Aquí yace un pájaro.
Una flor.
Un violín.)


martes, 1 de noviembre de 2016

Para poder callar




La habladuría controla también los caminos de la curiosidad, diciendo lo que se debe haber leído y visto. El estar en todas partes y en ninguna que caracteriza a la curiosidad está entregado a la habladuría. (…)



Para poder callar, el Dasein debe tener algo que decir, esto es, debe disponer de una verdadera y rica aperturidad de sí mismo. Entonces el silencio manifiesta algo y acalla la “habladuría”. El silencio, en cuanto modo del discurso, articula en forma tan originaria la comprensibilidad del Dasein, que es precisamente de él de donde proviene la auténtica capacidad de escuchar y el transparente estar los unos con los otros.

Ser y tiempo. Ed. Trotta, Madrid, 2003



domingo, 23 de octubre de 2016

A Antonio






Acompasar el tiempo
recobrado.
Pálpito de la línea.
Resquicios
en las tonalidades.
Materia. Huella
que imprime en tu mirar
el camino.
El camino que sueñan albergar
nuestros pasos.
Impulso sideral
de cada afecto.
Matices de la luz
que nos sostiene.



Obra de Antonio Maireles

jueves, 20 de octubre de 2016

Volver a Baroja



Un amplio programa de actividades recordará la figura de Pío Baroja

El programa Volver a Baroja, organizado por la Diputación de Gipuzkoa y que se enmarca dentro de la línea de programación Coversaciones de San Sebastián 2016, cuenta con la participación de escritores como Bernardo Atxaga, Angel Erro, Luisa Etxenike, Felipe Juaristi, Javier Mina, Julia Otxoa, Pello Otxoteko, Lorenzo Silva y Arantxa Urretabizkaia.
Una lectura pública de ‘El Árbol de la Ciencia’ clausurará este ciclo que tendrá lugar entre el 24 y 29 de octubre.







http://dss2016.eu/es/noticias/item/4840-un-amplio-programa-de-actividades-recordara-la-figura-de-pio-baroja


Per una escletxa




Per una escletxa
borda un gos cap a la lluna
la nit que s'esgota i
la foscor no se'n va.
Somnia un àngel
que un nen somnia
que no té fred
i que juga al carrer.

Y esclata el dia,
la mare camina
tremola de fred
abraçant-se al seu nen.
Desperta l’àngel,
no veu ningú al carrer,
el gos se'l mira
la lluna no hi és.

Pot ser demà el nen
jugarà a la riba
d'un riu ensimismat
o la vora del mar.
Somriu la mare:
vine a buscar el berenar!
Y el nen remuga,
te pressa per anar a jugar.



miércoles, 12 de octubre de 2016

Belleza sin ley



1. NO HAY REDES PARA EL FLUJO DE LA LITERATURA

La historia de la literatura europea se estudia generalmente en función de unos ciclos abstractos que los profesionales en el tema explican mediante el recurso a unos sustantivos sonoros transmitidos de generación en generación: Prerrenacimiento, Renacimiento, Barroco, Neoclasicismo, Romanticismo, Simbolismo, Modernismo y toda una serie de derivados de éste, términos fruto de una abstracción que deja de lado el análisis concreto de los escritores encapsulados en ellos. La fórmula es muy cómoda para los profesores de instituto y autores de manuales de divulgación, pero no alcanza a explicar la singularidad de las obras que hoy apreciamos en razón de su modernidad atemporal. ¿Cómo encajar La Celestina de Fernando de Rojas o Gargantúa y Pantagruel de Rabelais en los esquemas renacentistas? La lista de excepciones cuyas obras se inscriben en tierra de nadie, extramuros de unos conceptos altisonantes pero reductivos, sería interminable. En verdad, abarcaría a casi todos los autores que me interesan. (...)

La literatura española ha conocido esas fases de florecimiento y desertización, de palabra seminal y de retórica huera. La intensidad poética de san Juan de la Cruz, Góngora y Quevedo (elijo aposta a tres creadores muy distintos entre sí) nos abandonó a finales del siglo XVII y no reapareció sino en la pasada centuria. (...)

2. LOS NOVELISTAS DEBERÍAN LEER POESÍA

En un encuentro celebrado en Berlín a mediados de los ochenta del pasado siglo varios escritores españoles leyeron fragmentos de su obra ante un auditorio compuesto de compatriotas e hispanistas germanos. La gracia poética de la lectura de José Ángel Valente y de unas páginas de La lluvia amarilla del novelista Julio Llamazares, cuyo ritmo y prosodia acariciaban el oído del espectador, fueron seguidos de recitaciones mediocres, por no decir desastrosas, que poco tenían que ver con la expresión poética ni con la prosa de quien posee un oído musical. (...)

Los narradores en nuestra lengua deberían leer más poesía: no la prosa que se toma por tal sin serlo sino la que verdaderamente lo es. Con ello evitarían esa prosa zurcida y llena de frases hechas que tanto abunda en el universo mediático de las superventas (allí solo cuenta la trama: intriga, policiaca, novela histórica y otros materiales de rebaja que según los expertos en mercadotecnia “agarran al lector”, aunque no aclaran por dónde). Entristece en verdad el ninguneo de quienes apuestan por el texto literario (carecen de visibilidad mediática, encuentran difícilmente editor en esos tiempos de crisis y pasan inadvertidos a los ojos del lector medio), en contraste con la promoción de quienes venden sábanas y sábanas impresas aplaudidas por los responsables de nuestro atraso educativo y cultural (uno de los más bajos de Europa y en continuo retroceso respecto a hace dos o tres décadas). Una lectura asidua de la mejor poesía contribuiría a afinar el oído de escritores y lectores. Los representantes de la Institución literaria deberían insistir en ello en vez de marginar al desamparado esfuerzo creador. (...)

3. ¿MUERTE DE LA NOVELA?

El reciente debate sobre el impacto de las nuevas tecnologías y la posible extinción del libro en papel se ha extendido en algunos foros al del incierto porvenir de la novela. Para algunos, su historial, tal como lo conocemos ahora, se cerrará con la era de Gutenberg. Pero estos sombríos augurios no tienen base. Y, como sucedió a lo largo de la pasada centuria, la novela podrá metamorfosearse de mil maneras distintas, pero subsistirá y quizá rebrotará con mayor fuerza.

Hace menos de un siglo muchos dijeron que el cine acabaría con ella. (...)

Habrá como siempre inventores de originalidad irreductible y otros que se limitarán a seguir la corriente sin aportar elementos innovadores como sucedió tras la irrupción del cine. Las necrológicas fatalistas me parecen fuera de lugar y a ellas se aplica el refrán: “Los muertos que vos matáis gozan de buena salud”. Mas para eso habrá que resistir a la ubicua cultura del entretenimiento, al zapeo mental y a la creciente insatisfacción de la sociedad con la conciencia de navegar a contracorriente, como fue ayer, es hoy y lo será mañana.


Artículo completo:  http://cultura.elpais.com/cultura/2012/03/29/actualidad/1333029133_288022.html


viernes, 30 de septiembre de 2016

sábado, 24 de septiembre de 2016

YEDRA INTERIOR



Quien no admite fisuras en su pensamiento,
nunca ha pensado.

viernes, 9 de septiembre de 2016

UNA MIAJA





Cuesta aceptar la ignorancia, acatar su ensoberbecimiento,
no ciscarse una miaja en la inteligencia emocional.



viernes, 26 de agosto de 2016

A María José





No mirarme en el mundo
ni en ti.
Desentrañar
cuanto impide la elección,
la duda.
Demoler los prebostes
que cercan la mirada.
Retomar el aliento
que los años recluyen.
Tan solo para darte
ese primer suspiro
que nace de la nada
a que ascendimos.


Fotografía: José Ángel Hernández


miércoles, 24 de agosto de 2016

COMPRENDER




Sólo quien ya comprende la alteridad que lo constituye puede escuchar.







lunes, 22 de agosto de 2016

jueves, 11 de agosto de 2016

Caminar





Cuanto más escucho a quienes lo tienen todo
tan claro, 
más me reafirmo
en mis dudas.






Renuncié a dirigir y ser dirigido. Descubrí lo que es caminar.


martes, 9 de agosto de 2016

Transparencia



Convencer es estéril
W. BENJAMIN





Ser para alentar a ser. Despojarse de los lastrres del ego. Volverse transparente para darse. Humildemente acompañar. Dejar que nos sorprendan más que sorprender. Desandar paradigmas y crecer con ellos, aprendiendo. Construir, no cansarse de construir la alegría. Intentarlo en la medida que nos lo propongamos y nos sea posible.




domingo, 31 de julio de 2016

Cabe la humildad





Apenas escuchados y leídos los más o menos sesudos análisis respecto a los resultados de las pasadas elecciones, me aventuro a exponer, con los riesgos de toda síntesis, lo que considero necesario no olvidar.
Básicamente hay dos factores que hacen perder a lo que se sigue llamando izquierda (obviemos el debate sobre las denominaciones).
En primer lugar, la baja participación, resultado del “desencanto”, que afecta especialmente a las teóricas opciones de cambio. Quienes no dudan de sus intereses o de lo que les han hecho creer que son sus intereses, suelen cerrar filas. ¿Hay razones objetivas para el desencanto? Bastantes. Y no me refiero a las campañas en contra, sino a las propias carencias y contradicciones.
En segundo lugar, la división. Aún seguimos observando cada día una atención casi obsesiva hacia quienes nos disputan el espacio político. Seguimos comprobando, en general, la atomización de opciones por territorios, por herencias ideológicas…
Hay otros factores, por supuesto, pero estos dos, con una larga trayectoria histórica en diferentes expresiones políticas, han sido y continúan siendo fundamentales.
Difícil abordarlos. Inevitable, si se quiere avanzar. Que cada cual se pregunte, si le apetece, su posicionamiento respecto a estos dos factores, pues tenemos la última palabra.
Personalmente, considero que la clave es, en cierto modo, una pizca de humildad. Echar balones fuera, seguir enrocados en nuestros planteamientos y no colaborar más que de manera oportunista, nos lleva a más de lo mismo. Ya estamos más que cansados del espectáculo, creo. De maniobras por un lado e inmovilismo por otro.
Se trata ya de solucionar los problemas o de constituirse en problema.



sábado, 30 de julio de 2016

JOSÉ MENESE








Me está pareciendo a mí
que hay quien no lleva su carga,
porque los más aliviados
sobre el más cargado descargan.


Paseo




Una garcilla alza el vuelo a mi paso por la isla de los Faisanes, hacia el cañaveral. Silueta de un Jaizkibel repoblado. Descanso frente a restos de la cimentación en madera de un puente romano. Dentro aún, la sombra del fresno junto a un cauce seco. Del ruido del mundo vacío el silencio.


lunes, 18 de julio de 2016

Amistad no se escribe





Hoy podría haber escrito mis mejores versos. Cultivar el tiempo. Caminar sobre un mar de palabras... Hoy, sin embargo, ha sido la vida la que nos ha abrazado, después de tanto tiempo.



domingo, 17 de julio de 2016

El patio. Recuerdos necesarios.










Conocidas las reglas, los movimientos de ciertas figuras, opté por todos los juegos. Me llamaban la atención los populares, en que éramos nosotros los que nos movíamos como nos dábamos a entender. Transformamos y adaptamos algunos, para que un compañero encontrase su sitio. Poco a poco abandonó su agresividad.
Pero no fue bastante. Estaban separados los espacios en nuestra mente. Tras consultar con mi madre, comencé a jugar a la goma, a la cuerda, a la rayuela... Pronto se fueron añadiendo otros niños. En pocos días comprobamos que a las niñas también les gustaba jugar a fútbol e incluso a rugby. El patio de la escuela, sin modificaciones físicas, pasó a ser diferente. No olvidaré nunca aquella alegría en la mirada de los compañeros y las compañeras.







Vencejo




En la acera de la Rambla, frente a las mesas de una terraza, acurrucada contra la pared, la mirada de un polluelo de vencejo. Recuerdo alguna lectura o conversación y lo cojo con cuidado. Apenas se ve a la altura de mis rodillas, abre las alas y remonta el vuelo.
Recuerdo entonces unas palabras que escuché sobre las golondrinas a un joven de aquellos que se tunean el físico:
- Estos bichos son la peste. Lo llenan todo de mierda.
Tuve que responderle:
- ¿Sabes lo que comen?
- No.
- Mosquitos.
- ¿Sí? ¡Pues me llevaría uno a mi casa!

Con el recuerdo del polluelo de vencejo llegamos al balcón.


domingo, 10 de julio de 2016

sábado, 9 de julio de 2016

El lógos de la responsabilidad






Pero en este espacio en el que cada lógos se encuentra, puede tener lugar también la preeminencia de algunos. Para alimentar esta preeminencia se necesita un poder que aniquile el espacio que, como tal lógos, debe ocupar el otro, o bien le impida desarrollarse. Si el lógos, la racionalidad, es una empresa individual, bastaría con impedir su evolución para que el tiempo que la phýsis necesita para crear su lógos se convierta en un tiempo muerto, en una degeneración. Lo más grave es que el lógos pierde, así, su carácter de intermediario, de método para vivir, de compañía en las decisiones, de juicio y crítica, de evolución y superación. Una prâxis sin lógos, sin principio rector, es imposible. Su imposibilidad se manifiesta en una especie de ceguera, en la que el principio del egoísmo hace regresar al hombre al principio siempre amenazante, porque nunca insuperable, de su animalidad.




EMILIO LLEDÓ. Memoria de la Ética. Ed. Taurus, Barcelona, 2015





martes, 5 de julio de 2016

Riesgo



Callarme ante la joven en prácticas que, inconscientemente, podía haber reducido nuestros sentimientos por la música a una serie de signos cuyo nombre debíamos memorizar.
Acatar el juicio de aquella perspicaz profesora que vaticinó que nunca aprendería a tocar la guitarra. ¿Habrá compuesto en su vida alguna estrofa?
No olvidar el nombre del que venía a leer el periódico y a dormir la siesta en clase.
Olvidar que Tomás, Leandro, Carmen, Reyes… nos escuchaban e intentaron cultivar la sensibilidad y la confianza en lo que nos hace humanos.
Ignorar el criterio propio que tanto incomoda a los necesitados de rebaños de cualquier color.
Desfallecer en la búsqueda, cada día más condicionada y más ardua.
No ser y no permitir ser.


domingo, 3 de julio de 2016

Globalienación




Fotografía: José Ángel Hernández





En la tribu de la globalización sólo económica, la naturaleza es un mero recurso, las personas son recursos, los conocimientos son recursos... Por tanto, el saber que aliente a ser, es prescindible e incluso un estorbo, si no coadyuva al giro en el vacío especulativo, del consumo absurdo y la depredación de diseño. Así nos luce la calva.







sábado, 2 de julio de 2016

Yves Bonnefoy, in memoriam



Desde el momento mismo en que emito reservas respecto al instrumento conceptual puede creerse que no soy amigo de la razón, que prefiero el juego libre de la imaginación, tal y como ésta aparece implicada en acciones y acontecimientos concretos de nuestra existencia. No es el caso. Pienso todo lo contrario: que la razón es el único motor concebible del posible progreso humano. ¿Por qué? Porque es capaz de deducir de la realidad empírica formulaciones que todos debemos aceptar, es decir, el mundo de la ciencia. Y, sin embargo, para llegar a esas formulaciones necesita reducir lo que estudia al estatuto de cosa, lo que hace de los objetos de su atención -y también de nosotros- entidades que parecen manipulables y que nuestro deseo querrá poseer, consumir, diría yo. De ahí que nuestra voluntad se vea destinada a perseguir lo irreal, a empantanarse en quimeras, a perderse en lo fantasmal. El pensamiento conceptual, cuando no es ciencia pura, se ve entorpecido por fantasmas que contribuyen a encerrar cada persona en su soledad y a empobrecer el gran intercambio posible.

P. ¿Cuál es el papel de la poesía en el proceso que describe?

R. Es en nombre de la poesía como hay que luchar contra esos fantasmas que empañan el pensamiento, contra esa confusión de la mente ocupada por motivaciones egoístas e inconscientes. La razón, que sabe que un gato es un gato y que dos y dos suman cuatro, nos permite ver de manera más directa cuáles son las necesidades humanas en este mundo. Para mí, la poesía es lo que libera la acción de hipótesis falsas, de representaciones que también lo son y en las que se pierde la palabra. La poesía hace que pasemos del espíritu de posesión, impulsor de equívocos y guerra, al deseo de participación simple y directa en el mundo.

P. El lenguaje está pues en el centro de su reflexión y de su manera de estar en el mundo.

La esperanza que deposito en el lenguaje es la que hace que parezca que no me intereso por los problemas contemporáneos. Mi reflexión, mi trabajo, consiste en dar prioridad a todo lo que puede ayudar de manera más radical y directa a mejorar la situación: no ataco los conflictos o debates del momento, uno a uno, sino que he optado por ir a buscar la raíz del mal: el desastroso empleo que nuestra modernidad hace del lenguaje. Obnubilados como estamos por el desarrollo del conocimiento científico -que, como tal, es admirable- y prisioneros como somos de las aportaciones tecnológicas -que pone más y más distancia entre nosotros y la experiencia de la realidad natural-, hoy sólo pensamos y hablamos de manera conceptual, es decir, sirviéndonos de nociones y representaciones generales, que nada saben del tiempo, que nos hacen olvidar nuestra condición de mortales, que nos impiden comprender el valor fundamental del instante vivido, que nos alejan de los demás seres, unos seres que sustituimos por la idea abstracta que nos hacemos de la humanidad y de cada uno en particular. Resumiendo: perdemos contacto tanto con la profundidad del lugar que ocupamos en la tierra como con la dignidad de las demás personas. Ésa es la maldición que acompaña nuestra palabra.



http://elpais.com/diario/2004/01/10/babelia/1073695150_850215.html

“Estamos matando los sueños de nuestros niños”


P. ¿Es optimista con respecto al futuro de la poesía?

R. Enormemente optimista. Vivimos una gran época de poesía, sobre todo en los jóvenes. Y escuche una cosa: muy lentamente, los medios electrónicos están empezando a retroceder. El libro tradicional vuelve, la gente lo prefiere al kindle… prefiere coger un buen libro de poesía en papel, tocarlo, olerlo, leerlo. Pero hay algo que me preocupa: los jóvenes ya no tienen tiempo… de tener tiempo. Nunca la aceleración casi mecánica de las rutinas vitales ha sido tan fuerte como hoy. Y hay que tener tiempo para buscar tiempo. Y otra cosa: no hay que tener miedo al silencio. El miedo de los niños al silencio me da miedo. Solo el silencio nos enseña a encontrar en nosotros lo esencial.

P. Usted ha dicho alguna vez que se arrepentía de no haberse arriesgado a lanzarse al mundo de la creación. ¿Es una espina clavada?

R. En efecto. Hice poesía, pero me di cuenta que lo que estaba haciendo eran versos, y el verso es el mayor enemigo de la poesía. Y he dicho también –y algunos no me lo han perdonado nunca- que el más grande de los críticos es minúsculo comparado con cualquier creador. Así que hablemos claro y no nos hagamos ilusiones. Yo soy tan solo un cartero, soy Il Postino. Y estoy muy orgulloso de eso, de haber llevado el correo bien a tantos y tantos alumnos. Pero no nos hagamos ilusiones.


P. ¿Quién no le perdonó? ¿Colegas suyos de universidad?

R. Así es. Es que en la universidad hay una vanidad descomunal. Y les sienta mal que les digas claramente que son parásitos. Parásitos en la melena del león.


P. Volvamos a la cuestión del poder del dinero. ¿Tiene usted una explicación válida desde un punto de vista filosófico de por qué en su día los electores de Italia y hoy de España decidieron y deciden llevar al poder a partidos políticos enfangados en la corrupción?

R. Porque hay una enorme abdicación de la política. La política pierde terreno en todo el mundo, la gente ya no cree en ella y eso es muy muy peligroso. Aristóteles nos dice: “Si no quieres estar en política, en el ágora pública, y prefieres quedarte en tu vida privada, luego no te quejes si los bandidos te gobiernan”.



viernes, 1 de julio de 2016

La abolición del tiempo



"Ese tiempo acelerado desemboca, no en una aceleración infinita, sino en una abolición del tiempo. Vivimos en la era del tiempo abolido, recientemente reemplazado por el tiempo de la engañifa. (...) Esa dañina dilución transforma en sordos a quienes ya no pueden oír una sinfonía completa, en iletrados a los lectores incapaces de leer libros largos (...). La muerte del tiempo mata a quienes viven en ese tiempo. (...) Somos sombras que vivimos en un teatro de sombras. (...) 

Ese movimiento no es fatal. Si bien parece imposible salirse de esta situación en el plano de la civilización -es demasiado tarde-, al menos se puede, en el plano de la subjetividad, crear y construir un contratiempo: un tiempo vivo contra ese tiempo muerto."


Cosmos. Una ontología materialista. Ed. Paidós Contextos, Barcelona, 2016

domingo, 26 de junio de 2016

Sólo sé que algo sé y apenas sirve para nada.






No sé si tenemos lo que nos merecemos. Sé que muchísima gente honesta y trabajadora ha sufrido, está sufriendo y seguirá sufriendo lo que no se merece.
¿Cuándo vamos a aprender? ¿Hasta cuándo aquel que disputa mi espacio político será el centro de mis ataques? ¿Algún día nos centraremos en lo que nos une, en aquello que debemos construir?
Si en lugar de hablar tanto de política, conversáramos de cultura, de filosofía, de cuestiones sociales… Quizá la pescadilla dejase de morderse la cola y comenzase a nadar.
Sólo sé que algo sé y apenas sirve para nada.


 



martes, 14 de junio de 2016

La esencial heterogeneidad del ser






La tendencia a distanciar lo otro es una manera errada de afirmar el yo y la realidad de las cosas; es una manera de asegurarse en las creencias dogmáticas y absolutas: es un intento voluntarista destinado al fracaso "«de lo uno a lo otro es el gran tema de la metafísica. Todo el trabajo de la razón humana tiende a la eliminación del segundo término. Lo otro no existe: tal es la fe racional, la incurable creencia de la razón humana. Identidad = realidad, como si, a fin de cuentas, todo hubiera de ser, absoluta y necesariamente, uno y lo mismo. Pero lo otro no se deja eliminar; subsiste, persiste; es el hueso duro de roer en que la razón se deja los dientes. Abel Martín, con fe poética, no menos humana que la fe racional, creía en lo otro, en "La esencial heterogeneidad del ser", como si dijéramos en la incurable otredad que parece lo uno»".








domingo, 12 de junio de 2016

MIENTRAS NOS AGUANTEN LOS VERSOS



A Felipe      

En el tiempo
de que no disponemos
anida la torcaz.
Aquella falta de insensatez,
de disciplina,
nos trajo a los jilgueros
por la puerta de atrás.

No tomaré
el nombre de la amistad
en vano.
“Tirriki tarraka”,
con los ojos cansados,
seguimos.
Seguiremos
mientras nos aguanten
los versos.





José Ángel Hernández    
10 de junio de 2016