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viernes, 19 de abril de 2013

TRÍPTICO DEL CREADOR INSOMNE


ENCARGO

Un soneto me pide de amor triste
mi amada Simeonova en los jardines.
Yo la amo, jolín de los jolines,
alegre, sin tristeza, pero insiste.


No quisiera jugársela al despiste
con vanas piruetas de arlequines.
Mis besos, Simeonova, en calcetines,
euforia son, aunque semejen chiste.


No por tristura es el amor enorme
ni por estricto fue el poema escueto
ni por callado mi fervor deforme.


Apuro el arrebato en este aprieto
de haberme derramado en el informe
moviendo, mi muñeca, el esqueleto.







 


COFRADES

Te he visto en compañía de los Lepes,
rivales poetastros en el mapa,
a veces despegados y otras lapa,
artífices del ripio y los julepes.


Trincan anises, jaman dulces crepes,
la musa los evita o los atrapa,
se escudan en canciones de Frank Zappa,
me insultan porque plagio a Juan de Yepes.


No dejes que te den, amor, la chapa,
escriben todo igual: sus versos repes,
candor de palomino y de zurrapa.


Su copla es aguardiente, orujo y grapa
- curros, coquetos, petimetres, pepes -.
Sus romances de albergue, pura ñapa.


 


SIRVENTÉS

Un noble valenciano de nombre Joan Miquel Sirvent escribió El Quijote en catalán y como crítica al imperialismo de Castilla. Es la tesis del libro El 'Quixote' borró el 'Quijote', escrito por el equipo que hace años defiende la catalanidad de Cristóbal Colón: el autor Lluís Maria Mandado, el historiador Jordi Bilbeny y el editor Josep Maria Orteu. Con el objetivo de no acatar la historia oficial e investigar a fondo para rebatirla, Mandado ha estudiado con todo detalle durante seis años El Quijote.
De las noticias


Dice un Lepe de ciento veinte quilos
que escribir es jugar con el lenguaje,
mover palabra añeja, un abordaje
sin tregua hasta quemar claros pabilos.


Rescatar locuciones desde asilos
de diccionarios: obra y bricolaje.
Así la exhibición de su bagaje,
muy satisfecho de mover los hilos.


Con el lenguaje, Lepe, no se juega.
Poema es un lugar del Ampurdán,
la cara de Riquer cuando le llega


que han dicho por la tele… patatán
que el Quixot de Cervantes es de pega
y pudo haberse escrito en catalán.



 

De Sonetos a Simeonova (of course, inédito)



sábado, 31 de julio de 2010

HUIDA AL NORTE





A Lolo Benítez


Hace ya treinta años de esa fotografía:
Madrid, Carabanchel bajo, salesianos.

La infancia tiene nombre de barrios, de suburbios,
los años sesenta cosidos a un pajizo expediente:

Comillas, Buenavista, Opañel, San Isidro,
Abrantes, Vista Alegre y Puerta Bonita.

Ahora que has vuelto para enterrar a tu madre
suenan celestiales trompetas de obesos serafines.


 Esos murciélagos que acercan su vuelo
de radar y colmillo a la sala de espera.


Y ahí la magdalena del simio que en nosotros late
evoca instantes de pantalón corto y travesura.


Las veladas de boxeo en el Campo del Gasómetro,
la cicatriz del atochal y su virgen morena con garbo.


Las tardes de agosto en el camino viejo de Leganés,
las noches en los alrededores sombríos de La Chata.


El Puente de Toledo por donde circuló el tranvía,
los cuatro kilómetros que nos separaban del centro.


Santa María la Antigua, esa ermita mudéjar
que nos movía a todos un cierto espíritu bereber.


Carabanchel, balneario de las caravanas, descanso
de viajeros, guías y camellos, abrevadero y oasis.


Paseo de las Acacias, Glorieta de las Pirámides,
no quieres, por nada del mundo, volver a verlas.


Saliste del distrito hace cuántos años, sin destino,
siempre hacia el norte, camino siempre del manzano.


Atrás los cadáveres de nuestros párpados, las autopsias
cada veinte o treinta días al atravesar las fronteras.


Y así acudiste al reclamo de los valles de Baldornón,
los amores, las treguas en un caserón destartalado y húmedo.

El bambú no ha dejado de crecer en el exilio
para habitar en un libro mágico de Klaus Mann.


Un sanisidro barbudo, un quijote básico en Dublín,
en Bruselas, en Rotterdam, en Brujas o en Helsinki.


Una suerte de Jeremías Johnson de una estirpe
peninsular y endémica del campo de Zalamea.


Más de treinta años detrás de esa fotografía desteñida:
salesianos, dictadura, Mambrú se había ido a la guerra.



EPICURO MONTAÑÉS


A Toño Saro


Epicuro es la salud de todo drama:
el cólico renal puso fin a sus días.


Aspira los vapores del estío,
deja caer tu cuerpo bajo la higuera,
deletrea el porvenir sílaba a sílaba
y a lo pesado o a lo ligero o a lo divino
inyéctame el licor de la melancolía,
el bebedizo agridulce de la existencia.

Escucha cómo el roble raja la eternidad
y su voz se oye detrás de las ciruelas,
en la piedra seca de las fuertes fronteras.