Entradas populares
-
Comenzar un nuevo día con una sonrisa, como se despereza la primavera, es el primer derecho y el primer deber moral para con la ofrenda de...
-
Fotografía: José Ángel Hernández Ante lo que pudiera parecer una clara dejación de funciones por parte de unas administraciones que raudas ...
-
Fotografía: Juan Antonio Hernández El ser humano nace de la colaboración, no de la salvaje competencia. Lenguaje y cultura son frutos del c...
-
Fotografía: José Ángel Hernández Retornar al pálpito, a su ritmo, para que nos ampare, para que acoja a nuestros hijos y a sus hijos. Pr...
-
Fotografía: José Ángel Hernández Te viniste a mi lado entre la niebla. Nos fuimos hacia el aire más seco del granito. Y llegamos a un m...
-
Ser hijo y nieto de mineros no tiene ningún mérito, obviamente. Sin embargo, habida cuenta de la deriva moral del mundo que nos ha tocado en...
-
Fotografía: José Ángel Hernández Me pregunto si el colapso no ha comenzado ya. De ahí que padezcamos directa o indirectamente las "s...
-
A María José Nada pueden los versos. ¿Dónde están las palabras exactas a la altura del ser al que se ama? Fotografías: José Ángel Hernánd...
-
Fotografía: Juan Antonio Hernández La manifestación más clara de capacidad crítica es la autocrítica. La paja en el ojo ajeno, la hipocresí...
Mostrando entradas con la etiqueta Sergio Fernández Salvador. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Sergio Fernández Salvador. Mostrar todas las entradas
jueves, 26 de noviembre de 2015
LA GLORIA LITERARIA
¿Y qué ambición más limpia,
mejor dotado premio que merecer cantarte,
cenizoso abedul que entre dos prisas
te cruzas en mi día?
¿No es suficiente pago el rumoroso
tintineo de las monedas de oro
que aún tiemblan en tus ramas
cuando están ya desnudos
los castaños, los álamos, los plátanos?
Se para uno a mirarte y ya le habla
del alma herida al alma tu tronco acuchillado,
la mirada espantada de tus ojos,
pero a la vez le cantas –si a escuchar acertamos–
la melodía única
que brota de los surcos de tu blanca
corteza, tal de rollo de pianola.
¿Cómo no devolver canto con canto?
Cuando otros enmudecen esperando
la tarda primavera, tú creces hacia el frío,
y es clamor tu silencio, y es abrigo
la lividez estoica de tus ramas,
la dignidad sufrida de tu invierno.
Tomáramos ejemplo de tu ejemplo
ante los fríos aires de la vida.
Lo breve eterno. Ed. La Isla de Siltolá. Sevilla, 2013
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)