lunes, 19 de junio de 2023

Manos


Fotografía: José Ángel Hernández


No parecen mis manos las de alguien que escribe con lápiz o con tiza. Adoran cortar por la mitad un tomate recién cogido de la mata, como les enseñaste, papá; añadir un pellizco de sal y llevarlo a la boca. Para ello no reparan en si las huellas digitales se ennegrecen de manera tan persistente, al entutorar o quitar chupones. Fregar unas sartenes ayuda algo. A mi guitarra tampoco le importa.


viernes, 16 de junio de 2023

Por vuestra luz

 

Por vuestra luz




Por vuestra luz, algarabía de anhelos,

fui descubriendo.

Por vuestro ser en cierne, frágil,

que asciende como savia,

busqué delicadeza que apreciase

cada timbre de voz.

Por vosotros hallé, entre el sinsentido,

razones transparentes

                                    para la esperanza.

Por vosotros, la paz, el compromiso

que no puede temer al desaliento.

Por vosotros, el afecto que avienta

las sonrisas,

                    que sostiene los astros.





José Ángel Hernández

El Catllar, 14-6-2023




viernes, 2 de junio de 2023

¿Qué hacer?

 

Fotografía: José Ángel Hernández


Tenemos el deber moral de intentar ser felices, por el hecho de estar vivos. ¿Cómo? Cada cual habrá de buscar su camino. Mas hay unos requisitos imprescindibles en la vida de un ser racional.

Cuidarse. Comer sano. Hacer ejercicio. ¿Dejar el sofá, las pantallas y otros señuelos o dependencias, para doblar un poco el espinazo por la vida?

Leer, pensar y actuar. ¿En qué sentido? 

Dejo todas mis dudas y expondré algunas certezas:

Ayudarse para ayudar. Ayudar para ayudarse.

Aprender para enseñar. Enseñar para aprender.

De la práctica a la teoría, de la teoría a la práctica.

Uno no puede hacer más de lo que está a su alcance, pero nunca sabremos hasta dónde alcanzarán nuestras acciones conscientes. Sostener un puñado de tierra viva es un testimonio que podemos dejar a las generaciones futuras, junto con alguna forma de expresión creativa o impulso ético.

Se puede crear lluvia.



Afuerismo




Los agentes literarios se asemejan a las entidades financieras en que se tornan solícitos cuando olfatean que ya no son necesarios sus presuntos servicios.


Fotografía: María José Valdivia


Ácaro de Tormes