domingo, 28 de abril de 2024

Constataciones y agradecimiento

Quiero dejar constancia de algunas observaciones. 

Los trabajadores de la sanidad pública atienden con rigor, implicación y humanidad.  Siento un profundo agradecimiento y una sincera admiración por ell@s.
Detecto en su mirada cierto estrés. Es sabido que tienen poco tiempo, que necesitarían más recursos humanos que les permitieran realizar su labor con la calma necesaria. Pregunto cómo se encuentran y me confirman la intuición. "Hoy mismo nos falta un compañero que han desplazado a otro lugar por una situación concreta". Sé, por experiencia, que sacarán adelante la delicada faena, supliendo con su sobreesfuerzo la evitable circunstancia. ¿En qué han quedado los aplausos de la pandemia? 
Por otra parte, veo una colilla de  cigarro en el pasillo y otra en el váter, cuando la ley ya no permite fumar en todos los recintos sanitarios. Hay personas por civilizar.

Observo que bajo los asientos, incluso en los pasillos, hay polvo acumulado. 
Considero que si en mi casa se forma borra, es mi problema. En un hospital, es un síntoma que afecta a todos los usuarios.
Me pregunto si el servicio de limpieza será subcontratado. Efectivamente. No responsabilizo a los trabajadores subcontratados, puesto que ellos padecen en primer lugar las condiciones de unas empresas que tienen que obtener beneficios además de cubrir los gastos del servicio. La responsabilidad será, posiblemente, de la empresa, de quien subcontrata y se supone que ha de supervisar, o de quienes se aprovechan y quienes se creen las monsergas. Me alegra comprobar que la eficiencia no consiste en privatizar.
Recuerdo conversaciones  fruto del prejuicio contra funcionarios y trabajadores públicos. Recuerdo mi indignación y mi tolerancia, pese a todo.
Seguramente si observásemos, si analizásemos con algo de objetividad, podríamos reconocer y agradecer lo que, contra viento y marea, aún funciona gracias a tantas personas anónimas que garantizan una asistencia vital para tod@s y gracias a los que la defienden y no la venden poco a poco. 
Seguramente no comulgaríamos con lo que deja de funcionar en el momento que pasa a ser negocio, en el momento que una parte de lo que se paga debe destinarse a beneficio privado, en lugar de a bienestar común.
Seguramente más gente votaría en conciencia y quizá no veríamos colillas dentro de un hospital. 







martes, 23 de abril de 2024

Afuerismo


Os debo cuanto escribo. 



Fotografía: José Ángel Hernández


lunes, 22 de abril de 2024

Labios

Que vuelvan a entreabrirse 

los labios esculpidos. 



Fotografía: compañer@s de Bonavista



jueves, 18 de abril de 2024

Por entre los brotes

La tenue luz que llega hasta mi rostro

por entre los brotes. 




Fotografías: José Ángel Hernández

miércoles, 17 de abril de 2024

Abril

 El rumor del río, las fragancias

de un abril diferente.





Fotografías: José Ángel Hernández


lunes, 15 de abril de 2024

Exuberancia

En la exuberancia

se difumina la melancolía. 




Fotografías: José Ángel Hernández


sábado, 13 de abril de 2024

Detenerse

Una algarabía me detiene. 

Música de la primavera. 





Vídeo: José Ángel Hernández




viernes, 12 de abril de 2024

En el cruce

En el cruce con la vereda

de los Pocitos Manzano. 






Fotografías: José Ángel Hernández

jueves, 11 de abril de 2024

A Pau (de una conversación sobre Dostoyevski)

Querido hijo, me ha costado media vida comprender que todas las ideologías son mistificadoras, todas pueden acabar en fanatismos de cualquier color, todas pueden justificar la barbarie. Durante la otra media vida vengo buscando construir la alegría, en lo que esté a mi alcance. Para ello, los sentimientos humanos, como la empatía y el afecto, son imprescindibles, mientras que otros anidan en el malestar propio y ajeno. Optemos por la vida, por la alegría. Es más inteligente. Quien no quiera o no pueda, bastante desgracia tiene. Muchos besos.


Fotografía: Roberto Hernández


miércoles, 10 de abril de 2024

Volviendo del molino del tío Justo


 

 Vídeos: José Ángel Hernández

Fotografía: José Ángel Hernández

 

 



viernes, 5 de abril de 2024

Mimar la sangre

Vino de las Arribes (Corporario), 

pan de Lumbrales, 

(de tres días, asentado), 

queso de Hinojosa, 

leche de ganaderos de Zamora. 

Y poco más

 para embestir el trébol blanco, 

para encarar la nieve. 

Una pizca de afecto, 

la brisa de los prados, 

la palabra de gentes de granito, 

amigos que se alegran del regreso. 

Y poco más

para embestir el trébol blanco, 

para encarar la nieve. 

Porque lo que se ama

por encima de todo

no se nombra. 


Fotografía: José Ángel Hernández