Vídeo: José Ángel Hernández
A las víctimas,
a los voluntarios
y al pueblo de Valencia.
¿Cuánto dolor podría
soportar vuestra luz?
¿Cómo aceptar la muerte?
¿Qué puedes hacer tú?
¿Por qué otra vez tu rostro
sin blanco y sin azul?
Ni designios divinos,
ni señal del augur.
Es la mano del hombre,
sus ojos, sus entrañas,
que abrigan o despojan,
que asolan o que aman.
El control y el dominio
sobre las cosas clama
por control y dominio
sobre nuestra mirada,
que ha de ser compasiva,
atenta, tierna, humana,
como aquellas que corren
a tu lado y te amparan.
Azahar, la memoria
de la ausencia y las lágrimas.
Del dolor nacerá
el sueño de la infancia.