La agricultura regenerativa ya no es sólo una opción a pequeña escala. Quienes intentan desacreditar las alternativas, porque les va en ello su negocio particular, empiezan a tener dificultades cuando aventamos ejemplos de productores a gran escala que salen adelante pese a las dificultades, con ilusión y conciencia.
Hoy la tarea fundamental es romper el ostracismo y el silencio. Que el consumidor redirija, con el poder de su gesto consciente, las tendencias generales; que valore con hechos la apuesta de quienes se aventuran contra los enormes molinos de nuestra época.
Difundid, amigos. Y, si os lo podéis permitir, mirad cómo está producido lo que lleváis a las bocas de vuestra familia. Quizás os lo ahorréis en medicinas con el tiempo, si es que aún no lo estáis haciendo.
Por conciencia, por coherencia, por nuestros hijos.
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