![]() |
Fotografía: José Ángel Hernández |
Hace más de dos mil años algunos pensadores ya afrontaban el hecho de que la palabra pudiera conducir tanto a la verdad como al engaño. Señalaron la necesidad de adquirir criterio. ¿Cómo se forja el criterio propio? Creando el hábito de cuestionarse todo. Es obvio que no ha sido ni será nunca fácil. Absolutizar lo colectivo ahoga al individuo. Mitificar al individuo lo deshumaniza, cercena vínculos y afectos.
Las tendencias uniformizadoras desdeñan la vida. La vida se abre camino sólo mientras existe.
¿Qué tiene esto que ver con que la poesía desaparezca?
Apenas pudiste ir al colegio, padre, mas recitabas romances de memoria.
¿Qué han escuchado, qué han leído tantos presuntos poetas de hoy?
Hemos vivido ya demasiadas vueltas de tuerca hacia el prosaísmo. Tenemos que decirlo, aunque nadie lo escuche.
Si la excusa es que todo tipo de público entienda completamente todo, a la primera, sin esfuerzo, ¿acabaremos ante algún doctor, señalando donde nos duele y diciendo: "pupa"?
Quizá buena parte de ese público al que el prejuicio pretende llegar con renuncio, sabría apreciar la poesía con el tiempo, si no se le fuese privando de ella con zafios sucedáneos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario