martes, 27 de julio de 2010

Imposible olvido




Es imposible el olvido,
hacer la noche delgada,
un entumecimiento, rasgarla.
Es imposible el olvido,
iluminar la noche con esa vanidad total
que la hace
irreconocible,
una noche nueva, ahora inventada
bajo una nueva luz, densa y opaca,
ya nocturno esplendor descolorido.
Es imposible el olvido,
rociar con su medida ración de odio
a la tristeza, mirar,
obstinadamente mirar, a través de
un cristal cuya transparencia es una máscara,
cristal dibujado para mostrarse sólo
a sí mismo, ocultar cuanto hay
al otro lado y te estaba mirando.
Es imposible el olvido,
vendaje que apenas cubre la herida,
página que desdice la alegría.
Es imposible el olvido.
Sólo el perdón, tal vez sólo el perdón,
alivia al recuerdo de su cárcel de ceniza.








Lo que de la lluvia queda


El corazón se va quedando solo
JOSÉ ÁNGEL VALENTE




Flotas en el aire hecho forma
en las nubes,
                      resbalas sobre el barniz
del tiempo,
                  avanzas en edad y en oscura
transparencia,
                       entras en un territorio
quieto y solitario.
                             Cosas, ideas, personas
también se deslíen en el corazón y
los días alargan las sombras de los amigos
hasta llevarlas al otro lado del sueño.
Te acercas a la tumba
sin necesidad de moverte,
                                           y te acercas solo,
en esa soledad
                         pequeñita
de los charcos que
                               la lluvia
                                             abandona.

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