domingo, 15 de mayo de 2011

El deshollinador


The Chimney Sweeper, de W. Blake from blocsdelletres on Vimeo.



Cuando mi madre murió yo era muy joven,
y cuando mi padre me vendió mi boca
apenas podía gemir, gemir, gemir, gemir,
así que limpio chimeneas y duermo en el hollín.

Un día el pequeño Tom Dacre lloró cuando raparon
su cabeza rizada como el lomo de un cordero,
y le dije “¡Calla, Tom! No importa, porque con
la cabeza desnuda el hollín no arruinará tu pelo claro.”


De modo que se calmó, y aquella misma noche,
¡durante el sueño tuvo una visión!
donde miles de deshollinadores, Dick, Joe, Ned y Jack,
estaban todos prisioneros en ataúdes negros.

Y llegó un Ángel que tenía una llave brillante,
abrió los ataúdes y los puso en libertad;
entonces por un verde prado corren brincando y riendo,
y se lavan en un río, y brillan bajo el sol.

Luego desnudos y blancos, abandonadas sus bolsas,
se encaraman a las nubes y juguetean con el viento,
y el ángel le dice a Tom que si se comporta bien,
tendrá a Dios como padre y no carecerá de alegrías.


Tom despertó entonces, y nos levantamos en la oscuridad,
y con nuestras bolsas y cepillos salimos a trabajar.
Si bien la mañana era fría, Tom se sentía feliz y abrigado;
pues quienes cumplen sus deberes nada tienen que temer.



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