Fotografía: Juan Antonio Hernández
A las víctimas de los incendios
Tristeza sobre tristeza. Indignación sobre indignación.
Cuando los límites del reciclaje ya se van reconociendo. Esos límites de los pequeños gestos individuales, como trabajar un huerto ecológico o plantar un árbol, aunque no invaliden su profundo sentido.
Se trataría de combinar esos pequeños gestos con estrategias globales que garanticen la consolidación de todos los esfuerzos para revertir el cambio climático, proteger la naturaleza y proteger a nuestros hijos. Se trataría de exigir a las administraciones que cumplan las leyes, que las mejoren, que las apliquen, que pongan los medios humanos y materiales sin los cuales la ley es menos que agua de borrajas.
Se trataría de advertir del peligro de negar esta realidad que va matando (danas, incendios...), o de desviar la atención de sus causas reales. Cada década se duplican las hectáreas quemadas, según los estudios.
Según los expertos, las líneas de actuación inmediatas deberían ser:
Una gestión forestal continua, no solo en verano, que se centre en la gestión del combustible en los montes.
Revitalizar el ámbito rural y su economía, fomentando el uso de los ecosistemas agroforestales para que sean rentables económicamente.
Dotar de recursos y estabilidad laboral al sector forestal, evitando que el trabajo de gestión se centre solo en los meses de mayor riesgo de incendios.
Se trataría, por tanto, de anular la influencia de los que niegan la realidad a base de mentiras, de los irresponsables que son complices por activa y por pasiva de tanta desgracia y tanto sufrimiento.
Se trataría...
A un servidor le queda menos tiempo para analizar y hacer. Espero que cada vez más jóvenes piensen que el bien común garantiza el bien personal. Que no podemos esperar a que nos toque a cada uno sufrir directamente los efectos de la sinrazón de la codicia sin escrúpulos.
Espero.
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