jueves, 9 de septiembre de 2010

EL ÁNGULO DEL ÁNGEL




Un hombre puede
convertirse en ángel.
¿Pero puede el ángel
convertirse en hombre?
El ángel llora
porque conoce la respuesta.
Repliega sus alas
y se refugia en la nieve.
Su dolor es infinito.
Parece una estrella
caída en el desierto,
entre lágrimas de fuego.
No conozco el arte
de consolarlo.


 




El ángel es perfecto y azul,
tan puro que parece de vidrio.
Todas las mañanas extiende el mar
como el hortelano las manzanas
en el campo incisivo.
De noche recoge los pedazos
llenos de sal seca;
los guarda bajo las alas
para que se curen las heridas
de la humanidad.






 
He luchado contra el ángel
con manos, puños y pies.
Lo he golpeado,
me ha golpeado.
Tengo la piel
incrustada de cristales,
como si hubiese roto
un espejo enfermo
en el campo de batalla
del corazón.

1 comentario:

  1. Gracias, Felipe. En tus palabras:
    "Ícaro renovado, vuela desnudo a través del aire.
    Mas no encuentra templo donde refugiarse,
    Ningún jardín donde maduran los pensamientos.
    No mira con los ojos de la fe."
    Un abrazo fuerte.

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